jueves, 7 de octubre de 2010

Educación distribuye casi medio millón de libros para las bibliotecas de los centros docentes públicos

La Consejería de Educación distribuirá este curso casi medio millón de libros destinados a las bibliotecas de los centros docentes públicos de Primaria y Secundaria. Se trata de la Colección Clásicos Escolares, una edición de obras clásicas en lengua castellana cuyo objetivo es fomentar el hábito lector entre el alumnado así como llevar a las bibliotecas escolares algunos de los títulos que forman parte del acervo literario español.

El consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica, ha defendido durante la presentación de la colección que la lectura es “un hábito esencial para conseguir el éxito escolar”. Así, ha hecho hincapié en que leer es la más poderosa herramienta cultural, “un cauce extraordinario para adquirir y mejorar las habilidades propias de la comunicación oral y escrita”.

La edición de los Clásicos Escolares es fruto de un convenio de colaboración suscrito entre la Consejería y la Asociación de Editores de Andalucía, que han participado conjuntamente en la selección de los títulos. En total se han elaborado dos grupos de 10 y 20 obras, para Primaria y Secundaria, respectivamente, con una cuidada presentación. El resultado es una variada selección de escritores y obras que abarcan géneros literarios de todas las épocas de la literatura española, que se acompañan de una guía con propuestas didácticas para trabajar en el aula.

La distribución de los libros se realizará en dos fases, una primera en octubre y la segunda, a partir del próximo mes de enero. En total, se han realizado tiradas de 21.000 ejemplares para los 10 títulos de Primaria y de 11.000 para los 20 de Secundaria, lo que suma 430.000 libros y otras tantas guías didácticas.

El consejero se ha referido a las medidas que se están desarrollando en los centros educativos para fomentar el hábito lector en el alumnado así como el uso regular de las bibliotecas escolares como recurso de apoyo para el aprendizaje. Actualmente, los escolares de Primaria dedican 30 minutos diarios a la lectura, mientras que el alumnado de Secundaria dispone de un tiempo específico semanal, que fijan los propios centros, para leer y fomentar el interés por la lectura.

Asimismo, ha indicado que tanto en el informe sobre la Convergencia Educativa aprobado por el Parlamento y en la iniciativa Esfuerza (Esfuerzo Educativo de Andalucía) de la Consejería se recogen acciones específicas para promover la lectura en las aulas andaluzas. Por su parte, los Reglamentos de Organización de los Centros (ROC) incorporan por primera vez la lectura como hábito esencial en la organización del tiempo escolar de colegios e institutos, con la obligación de que todos los centros incluyan actividades para promover la lectura y la expresión oral y escrita del alumnado.


Nueva normativa


Asimismo, ha informado que desde su departamento también se está trabajando en una normativa específica de apoyo a la lectura que se aprobará este mismo curso. La norma se elaborará a partir de las conclusiones de la evaluación que actualmente se realiza del Plan de Lectura y Bibliotecas escolares que se ha desarrollado entre los cursos 2006/07 y 2009/10.

Los ejemplares de los Clásicos Escolares se incorporarán a las bibliotecas escolares de los centros docentes andaluces, que a partir de la puesta en marcha del Plan de Lectura y Bibliotecas escolares han mejorado sus instalaciones y fondos bibliográficos. Un total de 1.955 centros han desarrollado hasta el año 2010 proyectos lectores financiados desde la Consejería para el fomento de la lectura así como la promoción de habilidades para la búsqueda de información y el uso de los recursos de las bibliotecas.

El resto de los centros públicos, un total de 947 también recibirán fondos para dinamizar sus bibliotecas. A todos ellos hay que sumar casi un millar de centros que ofertan enseñanzas de régimen especial (Música, Danza, Arte Dramático, Idiomas), educación infantil, educación permanente y centros del profesorado que también han recibido una dotación para la puesta en marcha de su propia biblioteca de centro. De este modo, la totalidad de los centros de la red pública, 3.909, cuentan ya con biblioteca escolar.

Colección Clásicos Escolares - 1ª entrega (octubre 2010)
Primaria
1. Un patio muy particular. Canciones, poesía y cuentos populares. Autores: varios
2. Fábulas. Autores: Iriarte, Samaniego, Hartzenbusch
3. El pájaro verde y otros cuentos de Juan Valera (adaptación)
4. Cuentos al amor de la lumbre. Autor: A. Rodríguez Almodóvar
5. El conde Lucanor. Autor: Don Juan Manuel
Secundaria
1. Cuentos de la Alhambra. Autor: Washington Irving
2. Antología del teatro breve de los siglos XVII y XVIII
3. Cuentos de horror y de muerte. Autor: Horacio Quiroga
4. Selección de relatos de la narrativa andaluza del siglo XX
5. Antología poética. Autor: Luis Rosales
6. Selección de cuentos. Autora: Carmen Laforet
7. Mi ventana al mundo. Antología. Autor: Francisco Ayala
8. Dos cuentos maravillosos. Autora: Carmen Martín Gaite
9. El Sur. Autora: Adelaida García Morales
10. El hijo de Sandokán. Autor: Juan Madrid

sábado, 4 de septiembre de 2010

JUAN MATA

He descubiero que mi profesor de LECTURA en la Escuela de Magisterio de Granada, Juan Mata, tiene una joya-blog. PINCHAD Y DISFRUTAD....

sábado, 28 de agosto de 2010

THE GIFT OF READING (El regalo de la lectura)

Ya queda poco para comenzar el nuevo curso y seguir buscando estrategias para el fomento de la lectura. Para empezar, os dejo este bonito vídeo de Literacy Foundation , ‘The gift of reading’ (El regalo de la lectura). En él se hace la advertencia: ‘Cuando no lees la imaginación desaparece (When you don’t read, imagination disappears)’. Podremos generar un debate entre nuestros niños sobre las consecuencias que se pueden originar al no leer libros.

lunes, 9 de agosto de 2010

CÓMO DEFINIR AL LECTOR IDEAL - ALBERTO MANGUEL

Cómo definir al lector ideal
Alberto Manguel

(Este documento en PDF lo puedes obtener PINCHA AQUÍ).

Si no has leído aún a Alberto Manguel te recomendamos que corras a una librería, a una biblioteca y consigas un libro suyo. Te recomendamos, en particular, Una historia de la lectura, Ed. Alianza, y también Breve guía de lugares imaginarios y Diario de lecturas, ambos publicados también en Alianza editorial.


El lector ideal es el escritor en el instante anterior a la escritura.
El lector ideal no reconstruye un texto: lo recrea.
El lector ideal no sigue el hilo de la narración: avanza con él.
Un célebre programa de radio para niños en la BBC siempre comenzaba con la pregunta:
“¿Estáis sentados cómodamente? Entonces podemos empezar”. El lector ideal sabe sentarse cómodamente.
Imágenes de San Jerónimo lo muestran detenido en su traducción de la Biblia, escuchando la palabra de Dios. El lector ideal debe aprender a escuchar.
El lector ideal es un traductor. Es capaz de desmenuzar un texto, retirarle la piel, cortarlo hasta la médula, seguir cada arteria y cada vena, y luego poner en pie a un nuevo ser viviente.
El lector ideal no es un taxidermista.
El lector ideal existe en el momento que precede a la creación.
Para el lector ideal todos los recursos literarios son familiares.
Para el lector ideal, toda anécdota es novedosa.
“Uno debe ser algo inventor para leer bien”. Ralph Waldo Emerson.
El lector ideal tiene una ilimitada capacidad de olvido. Puede borrar de su memoria el hecho que el Dr. Jekyll y Mr. Hyde son la misma persona, que Julién Sorel será decapitado,que el nombre del asesino de Roger Ackroyd le es conocido.
El lector ideal no se interesa por los escritos de Michel Houllebecq.
El lector ideal sabe aquello que el escritor sólo intuye.
El lector ideal subvierte el texto.
El lector ideal no se fía de la palabra del escritor.
El lector ideal procede por acumulación: cada vez que lee un texto, agrega una nueva capa de memoria al cuento.
Todo lector ideal es un lector asociativo. Lee como si todos los libros fueran la obra de un único escritor, prolífico e intemporal.
El lector ideal no puede volcar su conocimiento en palabras.
Al cerrar un libro, el lector ideal siente que, de no haberlo leído, el mundo sería más pobre.
El lector ideal es como Joseph Joubert que arrancaba de los libros de su biblioteca las páginas que no le gustaban.
El lector ideal tiene un perverso sentido del humor.
El lector ideal nunca cuenta sus libros.
El lector ideal es a la vez generoso y avaro.
El lector ideal lee toda literatura como si fuera anónima.
EI lector ideal usa con placer el diccionario.
El lector ideal juzga a un libro por su cubierta.

Al leer un libro de hace siglos, el lector ideal se siente inmortal.
Paolo y Francesca no eran lectores ideales, ya que le confiesan a Dante que, después del primer beso, ya no leyeron más. Un lector ideal hubiese dado el beso y seguido leyendo.
Un amor no excluye al otro.
El lector ideal no sabe si es o no el lector ideal hasta después de acabado el libro.
El lector ideal comparte la ética de Don Quijote, el deseo de Madame Bovary, el espíritu aventurero de Ulises, la desfachatez de Zazie, al menos mientras dura la narración.
El lector recorre con placer senderos conocidos. “Un buen lector, un lector con mayúscula, un lector activo y creativo es un relector”. Vladimir Nabokov.
El lector ideal es politeísta.
El lector ideal guarda, para un libro, la promesa de la resurrección.
Robinson no es un lector ideal. Lee la Biblia para encontrar respuestas. Un lector ideal lee para encontrar preguntas.
Todo libro, bueno o malo, tiene su lector ideal.
Para el lector ideal, todo libro es, en cierta medida, su autobiografía.
El lector ideal no tiene una nacionalidad precisa.
A veces, un escritor debe esperar varios siglos para encontrar a su lector ideal. Blake necesitó cientocincuenta años para encontrar a Northrop Frye.
El lector idean según Stendhal: “escribo para apenas cien lectores, para seres infelices, amables, encantadores, nunca morales e hipócritas, a quienes me gustaría complacer. Apenas si conozco a uno o dos".
El lector ideal ha sido infeliz.
El lector ideal cambia con la edad. El lector ideal de los Veinte poemas de amor, de
Neruda, a los catorce años puede no serlo a los treinta. La experiencia empaña ciertas lecturas.
Pínochet, al prohibir Don Quijote por temor a que el libro pudiera leerse como una
defensa de la desobediencia civil, fue su lector ideal.
El lector ideal nunca agota la geografía de un libro.
El lector ideal debe estar dispuesto a no sólo suspender su incredulidad sino a adoptar una nueva fe.
El lector ideal nunca dice: “Si solamente...".
Escribir en los márgenes de un libro es marca del lector ideal.
El lector ideal proselitiza.
El lector ideal es veleidoso sin sentirse jamás culpable.
El lector ideal puede enamorarse de al menos uno de los personajes de un libro.
Al lector ideal no le preocupan los anacronismos, la verdad documental, la precisión
histórica, la exactitud topográfica.
El lector ideal no es un arqueólogo.
El lector ideal exige rigurosamente que se mantengan las leyes y reglas que cada libro crea para sí mismo.
“Hay tres casos de lectores: la primera, aquellos que gustan de un libro sin juzgarlo; la tercera aquellos que lo juzgan sin gustarlo; y otra, entre las dos, que juzgan mientras gustan de un libro y gustan de un libro mientras lo juzgan. Estos últimos dan nueva vida a una obra de arte y no son muchos.” Goethe, en una carta a Johann Friedrich Rochlitz.
Los lectores que se suicidaron después de leer Werther no eran lectores ideales sino
meramente sentimentales. El lector ideal es pocas veces sentimental.
El lector ideal desea llegar al fin del libro y, al mismo tiempo, que el libro no acabe.
El lector ideal nunca se impacienta.
Al lector ideal no le interesan los géneros literarios.
El lector ideal es (o parece ser) más inteligente que el escritor. Pero no por eso de ningún modo lo menoscaba.
Llega un momento en que todo lector se considera un lector ideal.
Las buenas intenciones no producen lectores ideales.
El Marqués de Sade: “Sólo escribo para quienes pueden entenderme, y éstos me leerán sin correr peligro”. El Marqués de Sade se equivoca: el lector ideal siempre corre peligro.
El lector ideal es el personaje principal de toda novela.
Valéry: “Un ideal literario: saber por fin no llenar la página de nada excepto el lector”.
El lector ideal es alguien con quien el escritor podría pasar la noche, a gusto, con una copa de vino.
No debe confundirse lector ideal con lector virtual.
Un escritor no es nunca su propio lector ideal.
La literatura depende, no de lectores ideales, sino de lectores suficientes buenos.

Se trata de releer con cuidado los textos que te enviamos y luego crear una comparación: escribir para mi es como…. Esta comparación tiene que ser concreta, es decir, no debemos
dar una respuesta del estilo “como un aire que vuela por el espacio” sino más bien “como tomar una cucharada de sopa caliente”, más visual y directa. Una vez elegida nuestra imagen, contaremos la historia de alguien que no puede vivir sin tomar esa sopa caliente, pero que tiene las más variadas sensaciones. Esas sensaciones son las mismas que tenéis vosotros a la hora de escribir. Como en las recetas de cocina, podemos señalar el nivel de dificultad de nuestra propuesta: es alto.

domingo, 8 de agosto de 2010

DERECHOS DEL LECTOR - DANIEL PENNAC

En el libro de Daniel Pennac, COMO UNA NOVELA, aparecen los siguientes derechos de lector:

•El derecho de no leer un libro.
•El derecho de saltar las páginas.
•El derecho de no terminar un libro.
•El derecho de releer.
•El derecho de leer lo que sea.
•El derecho al Bovaryismo (enfermedad textual transmisible).
•El derecho de leer donde sea.
•El derecho de buscar libros, abrirlos en donde sea y leer un pedazo.
•El derecho de leer en voz alta.
•El derecho de callarse.

DECÁLOGO PARA PADRES, PARA HACER BUENOS LECTORES


ESTE DECÁLOGO Y TODA UNA GUÍA PARA PADRES, SE PUEDE LEER EN EL DOCUMENTO
"LEER TE DA MÁS. GUÍA PARA PADRES" EDITADO POR EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN.
SE PUEDE DESCARGAR PINCHANDO AQUÍ.




Decálogo para padres
Diez principios imprescindibles para crear buenos lectores.

1. Dar ejemplo.
Las personas adultas somos un modelo de lectura para los niños. Leamos delante de ellos, disfrutemos leyendo.

2. Escuchar
En las preguntas de los niños está el camino para seguir aprendiendo. Estemos pendientes de sus dudas.

3. Compartir
El placer de la lectura se contagia leyendo juntos. Leamos cuentos, contemos cuentos.

4. Proponer, no imponer
Es mejor sugerir que imponer. Evitemos tratar la lectura como una obligación.

5. Acompañar.
El apoyo de la familia es necesario en todas las edades. No los dejemos solos cuando aparentemente saben leer.

6. Ser constantes
Todos los días hay que reservar un tiempo para leer. Busquemos momentos relajados, con buena disposición para la lectura.

7. Respetar
Los lectores tienen derecho a elegir. Estemos pendientes de sus gustos y de cómo evolucionan.

8. Pedir consejo
El colegio, las bibliotecas, las librerías y sus especialistas serán excelentes aliados. Hagámosles una visita.

9. Estimular, alentar
Cualquier situación puede proporcionarnos motivos para llegar a los libros. Dejemos siempre libros apetecibles al alcance de los niños.

10. Organizarse
La desorganización puede estar reñida con la lectura. Ayudémosles a organizarse: su tiempo, su biblioteca...

DECÁLOGO DEL LECTOR (EN PDF)

DOS VÍDEOS BUENOS: LEER ESTÁ DE MODA-EL BOOK; Y, ENGANCHADOS AL LIBRO DE JOSÉ MOTA


Hoy queremos alegrar el día con un toque de humor de mano de este simpático vídeo que nos presenta un invento revolucionario: el book (esto es, el libro, aunque en inglés suene más moderno y sofisticado). Las imágenes van desmenuzando las funcionalidades y complementos del book haciendo paralelismos con la tecnología digital.

¿Creíamos que el escaneado era exclusivo de los dispositivos electrónicos? El nuevo “dispositivo de conocimiento bioóptico organizado” va mucho más allá, y no necesita cables ni baterías.

El book cuenta con escáner visual que almacena la información de cada página directamente en nuestro cerebro. Además, tenemos un complemento opcional estupendo, adecuado a las necesidades de conocer el punto exacto en el que hemos dejado la lectura: el marcapáginas.

Anunciate aquí

Una sencilla herramienta de anotación, el lápiz, permitirá añadir los comentarios al margen que el usuario desee. El dispositivo manos libres (el atril) completa la facilidad de manejo del dispositivo. “Bienvenido a la era del Book”.

Para acabar, no me resisto a recordaros otro vídeo humorístico con el que estuvimos riendo un buen rato y que presentaba a una juventud perdida enganchada a los libros. ¡Dónde vamos a llegar!


Partiendo de una parodia del programa Callejeros, de Cuatro, en poco más de tres minutos nos muestra una realidad paralela, una especie de ficción (científica) en la que los jóvenes españoles se esconden de sus padres (y de la sociedad) para poder consumir libros, llegando a engancharse a ellos y comportándose como verdaderos yonquis. Para los lectores de fuera de España, aclarar que Jose Mota es uno de los humoristas más conocidos de España desde su etapa en ‘Cruz y Raya’; en este sketch es el vecino indignado que pasea un perro de aguas.

DECÁLOGO DEL BUEN LECTOR de ANTONIO MUÑOZ MOLINA

Antonio Muñoz Molina en su intervención en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (2007)

Muñoz Molina intervino en la Feria con una conferencia justamente titulada Decálogo del buen lector de la cual me permitiré parafrasear y comentar los siguientes puntos:

1) Se aprende a leer antes de leer o mejor podríamos decir, se aprende a amar la lectura aún antes de saber leer. Se llega a la lectura a través de la voz del otro en la primera infancia. A través de la voz de la madre, del padre, de los abuelos cuando nos cuentan un cuento cuando somos bebés. No es nuevo que la oralidad, la palabra hablada es el puente de iniciación a la literatura y a la lectura. Es la fascinación por las historias, por la narración la que, en primer lugar, puede atraparnos en la lectura.

2) El buen lector empieza a leer muy pronto o, según palabras del escritor: “Si el niño tarda mucho en aprender a leer, pierde mucho tiempo”. Parecen palabras dichas desde la adultez, de quien se lamenta o supone que si hubiera aprendido a leer más temprano habría podido leer más libros. Lo que si es cierto es que la fascinación por la lectura (que para mi fue también la fascinación por los libros) comienza desde muy temprano en la infancia.

3) El buen lector ama, no solamente los libros sino todos los demás vehículos de la cultura. Y acá dijo una frase de esas de enmarcar y que usé para el título del post: “La televisión no es enemiga [...] ni el cine, ni el videojuego son enemigos de la lectura, lo que es enemigo de la lectura es la ignorancia”. Aquí se coloca a la lectura como instrumento de contacto con la cultura que es, a fín de cuentas, aquello con lo que nos contactan los libros y de eso habla más adelante.

4) “El buen lector no sólo ama la literatura y la literatura de ficción, también ama los libros de historia, ama los libros de explicación de naturaleza, de ciencias naturales, el buen lector también ama los mapamundis”. Ya se ve, la relación con la lectura es la relación con el conocimiento, con el aprendizaje, con la cultura y con la pregunta más primigenia de la identidad.

5) El buen lector es alguien que es capaz de estar solo porque unicamente en soledad se puede leer. La escena primaria de la lectura llaman a eso. La lectura y la escritura son actos en soledad, en silencio, aunque se hagan estando rodeados de gente, son actos de introspección casi. La relación con el tiempo y el espacio es fundamental y, por supuesto, la capacidad o posibilidad de cada quien para tener un el tiempo y el espacio para leer es un elemento a considerar (no todos lo tienen y de allí la importancia de las bibliotecas, por ejemplo).

6) La lectura nos acerca a la naturaleza humana en todas sus variantes. La lectura nos muestra lo variado que es el mundo: “Te enseña que los seres humanos somos muy parecidos y también muy diferentes”. Nos acerca a la naturaleza humana y a la gran cultura porque nos muestra mundos distintos al nuestro, personas distintas a nosotros, nos muestra, enfín, la alteridad y la tolerancia al otro.

7) El buen lector busca a otros lectores, hace comunidad. Este es un punto que a mi en lo particular me interesa mucho porque tiene que ver justamente con el de las comunidades o redes de intereses que, virtuales o no, permiten compartir el conocimiento, los gustos, la pasión por los libros y la lectura. Hoy en día tenemos múltiples herramientas virtuales para esto en internet incluyendo facebook y las editoriales cada vez están entendiendo más que deben incentivar el uso de herramientas de la Web 2.0 para que los lectores sean más activos y participativos.

8) El buen lector ama las librerías independientes. Tema peliagudo éste pero sobre el cual tengo alguna experiencia. El buen lector es un cliente exigente, es alguien que siempre va a buscar profundizar y es alguien que busca en el librero un guía que rara vez encontramos en una librería grande de cadena, mientras que las librerias independientes, especializadas suelen tener las lecturas que un lector avezado busca.

9) Para que surjan buenos lectores, el sistema debe ayudar, no surgen de la nada, aunque pueden surgir en cualquier lugar: “La única manera de que haya lectores es un sistema social que permita a la gente aprender a leer y escribir”. Otro tema complejo que apunta al lugar que ocupa la cultura en nuestras sociedades y, sobre todo, al rol que juega la educación formal en la enseñanza de la lengua, la literatura, la lectura y la escritura. Eso que llaman las políticas del libro y la lectura son piedras fundamentales.

Hasta aqui el comentario del decálogo (faltó un punto) de Muñoz Molina y que de ninguna manera es el único, porque creo que cada uno de nosotros tendrá algo que agregar. Pero para que no sea más largo llega hasta aquí. La mesa está servida para una discusión en profundidad.

viernes, 30 de julio de 2010

III CONCURSO DE FOTOGRAFÍA - MOMENTOS DE LECTURA



PINCHA AQUÍ Y PODRÁS DESCARGAR LAS FOTOS DE TODOS LOS CONCURSOS DE FOTOGRAFÍA - MOMENTOS DE LECTURA.

jueves, 22 de julio de 2010

LA ANIMACION LECTORA EN EL AULA: TECNICAS, ESTRATEGIAS Y RECURSOS - de JOSÉ QUINATAL DÍAZ


De este mismo autor, una presentación powerpoint nos habla de algunas cuestiones que aparecen en su libro.en el siguente enlace lo podéis descargar, PINCHA AQUÍ.

domingo, 11 de julio de 2010

LA IMPORTANCIA DE LEER EN CASA - Guía para padres y madres





La importancia de leer en casa
25 Abril, 2010
Autoría: VENTURA, Antonio
Publicación: Junta de Andalucía. Consejería de Cultura. Pacto Andaluz por el Libro, Cuadernos del Observatorio de la Lectura, 2009
Páginas: 88
ISBN: 978-956-292-254-8

Antonio parte de la premisa de que el gusto por la palabra y el amor por los libros se descubre fundamentalmente en la familia. En su seno es donde se pueden desarrollar acciones que afiancen los progresos lectores adquiridos en la escuela.
A las familias van dirigidas estas orientaciones: la necesidad de la ficción, la lectura de imágenes, el valor de la ficción literaria, la búsqueda de momentos de lectura colectiva… terminando con una selección bibliográficas de diferentes tipos de libros.

Disponible en pdf en la SITE DEL COLE, pincha aquí y una vez allí lo podrás descargar.
José Manuel Luque Jaime
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jueves, 8 de julio de 2010

SILENCIO, SE LEE




miércoles, 12 de mayo de 2010

DIME: LOS NIÑOS, LA LECTURA Y LA CONVERSACIÓN

Dime: Los niños, la lectura y la conversación
Aidan Chambers
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Año publicación: 2008
Temas: Ensayo : Educación
Dime: Los niños, la lectura y la conversación de Aidan Chambers

Este libro es una propuesta desarrollada a lo largo de años de trabajo que ofrece información práctica sobre la conversación literaria en las aulas de clase, explicando algunos de los procesos involucrados en la lectura y la conversación sobre los libros. En él se bosquejan las reglas básicas establecidas por quienes los han puesto en marcha con éxito. De su experiencia se ha formulado una estructura, un “repertorio de preguntas que ayuda a los lectores a hablar de sus lecturas”, una herramienta a través de la cual los profesores pueden ayudar a quienes se inician en la lectura a compartirla con otros lectores y, juntos, construir, disfrutar y dar sentido a esa experiencia.Dime trata de cómo ayudar a los niños a hablar bien sobre los libros que han leído. Y no sólo a hablar bien, sino también a escuchar bien (lo que quiero decir con bien se irá aclarando, espero, en el camino). Y a hablar bien no sólo sobre los libros, sino sobre cualquier texto, desde una palabra hasta los escritos que llamamos literatura, que es el tipo de texto en el que me voy a concentrar. Dime se complementa con El ambiente de la lectura, que se ocupa de cómo los adultos ayudan a los niños a gozar de los libros, ofreciéndoles contextos y actividades organizadas para estimular a los niños a leer ávida y reflexivamente.

CONVERSAR SOBRE LIBROS TAMBIÉN EN LAS AULAS

EXTRACTO RESUMEN DEL ARTÍCULO Conversar sobre libros también en las aulas
VER ARTÍCULO COMPLETO EN SU CONTEXTO ORIGINAL

26 Abril, 2010
Guadalupe Jover*
Rosa Linares**
(...)
Una de las formulas adoptadas ha consistido en rescatar de los tiempos académicos una hora –a veces diaria, a veces semanal- para la lectura silenciosa y autónoma. Y está bien que así sea, aunque quizá ha llegado el momento de plantear que a lo mejor esto no basta.
(...)

Las consecuencias de este enfoque para muchas generaciones han sido la casi completa orfandad en su formación como lectores autónomos, la ausencia de cartografías literarias adecuadas a sus necesidades lectoras.
(...)
La labor de las Bibliotecas Escolares ha venido a cubrir parte del hueco originado por esta realidad, pero no soluciona por completo, ni es su papel tampoco, el cometido que se le exige a la materia de Lengua y Literatura ante una tarea tan necesaria. Entre otras muchas obligaciones, pero conectado con el uso que el alumnado hace de su biblioteca, está la tarea que tiene la escuela de convertir los fondos bibliotecarios en un paisaje más o menos próximo y familiar por el que saber conducirse.
(...)
Conscientes de algunas trabas
El profesorado de Lengua y Literatura trabaja con la sensación de moverse por un programa de exigencias inabarcable. El privilegio de unos contenidos frente a otros, así como la idea de que toda actividad escrita, por mecánica que sea, cotiza mucho más que cualquiera oral en el mercado de lo académico impiden la entrada al aula de actividades basadas en el simple hecho de conversar sobre libros.
La obligatoria evaluación sobre contenidos, más o menos tangibles o almacenables, se vuelve difícilmente operativa en lo que a conversar se refiere. ¿Cómo evaluar a quienes conversan? ¿Son lícitas en el aula las actividades no evaluables? Las dinámicas de clase que insisten fundamentalmente en actitudes, valores y sentimientos se evalúan con mucha dificultad. Conversar sobre libros modifica actitudes y hace reflexionar sobre valores y sentimientos, pero sobre todo trata de hacer germinar en el alumnado su necesidad por los libros.
(...)
Más que nunca, por tanto, debe ser reivindicado un espacio para la lectura en el aula y, más que nunca, el docente se hace indispensable para la tutela de este tipo de experiencia con el libro. Sobre un molde de fugacidad y superficialidad, forjado en el desplazamiento internauta, nos corresponde a nosotros intercalar un modelo de resistencia lectora capaz de concluir una obra y de reflexionar acerca de la misma.
(...)
La clave, la selección
Previa al diálogo, la selección de los títulos supone un paso decisivo en la andadura posterior del libro. Ni pueden quedar tan lejos de la competencia lectora y literaria de nuestro alumnado como para necesitar constantemente la presencia del traductor/exégeta, ni ser tan inmediatos que no dejen margen para la elaboración personal. Mas allá de diferenciaciones entre best sellers, LIJ y literatura llamada seria, el debate debe quedar resuelto en términos de honestidad y eficacia. La elección de novelas que respeten a su lector ideal, que favorezcan una reflexión que trascienda su propia anécdota, conforma el eje sobre el que cruzar en vertical la sucesión de lecturas cada vez más complejas.
(...)
La elaboración de un catálogo provechoso le exige al docente una dedicación continuada en la incorporación de títulos y un control sobre los mismos que solo proporciona la lectura reciente. La importancia de la selección reside, entre otras cosas, en el protagonismo que representa en la construcción del mapa literario del alumnado y la repercusión que tendrá en la expansión de dicho mapa durante su vida de ciudadanos lectores.
(...)
La invitación a la lectura: leer en voz alta
Aceptando que trabajamos con lectores por formar, cuyos hábitos están a expensas de estrategias que los consoliden como tales, la intervención del docente debe ir más allá del mostrar las cubiertas, hacer una sinopsis argumental, manifestar nuestro entusiasmo o contar alguna anécdota sobre el autor o autora. La lectura en voz alta a cargo del docente insiste de manera sustantiva y central en el despliegue de una metodología fundamentada en la práctica. El carácter predominantemente experimental de la lectura, que nos convierte en lectores por el simple hecho de ejercer como tales, reconoce en la lectura en voz alta una acción aliada de logros inmediatos. Esta acción emplaza al docente en la metáfora de la partitura musical, donde una lectura cumplidora con el texto en cuestión, en ocasiones indescifrable para muchos de nuestros alumnos, les revela el mundo de sentido que esconde tras sus letras.

Además, la lectura en voz alta supone la creación de un pórtico de fácil acceso al libro. La reproducción de unas condiciones adecuadas para leer, que fuera del aula son remotas para muchos de nuestros estudiantes, puede disminuir las resistencias iniciales y hacer prender en el alumnado una suerte de vida con el libro. Más allá de que esta motivación pueda o no darse, la lectura en voz alta, en última instancia, les concede de hecho la posibilidad de experimentarse lectores y de reconocerse con posterioridad dentro de un trazado literario que forma parte del imaginario que como comunidad cultural compartimos.

La lectura en voz alta no tiene por qué asociarse exclusivamente a la presentación en el aula de un libro. Es asimismo una opción que entra en juego con fragmentos que por su significación, dificultad o posibilidades reclaman este andamiaje concreto sobre el que sostenerse. La selección de episodios o fragmentos representativos de una obra constituye también una manera de visibilizar esquemáticamente su singularidad y, a veces, puede representar una alternativa válida a la propuesta de su lectura íntegra.

En torno al diálogo
La lectura de un libro introduce en un mundo de diálogos posibles. Un diálogo que empieza entre el mundo y el libro y que permite a la vez dialogar al lector con ese mundo, con el propio libro y hasta consigo mismo. Es la escuela el lugar en donde una lectura individual se incorpora al diálogo de muchas voces para verse enriquecida y enriquecer al resto.

La conversación sobre libros en las clases se cimenta en algunos presupuestos y reclama unas ciertas condiciones.
(...)
Por tanto, si damos por buena esta nueva mirada sobre las relaciones entre educación y literatura, son dos las posibilidades que se nos abren en las clases de Lengua y Literatura: o bien utilizamos la literatura como pretexto para hablar de otras cosas (como hacen tantos libros de literatura infantil y juvenil reciente o tantos libros de autoayuda para adultos), o nos inclinamos por partir de otras cosas (de esas cosas que están en los contextos de recepción y que van desde las pulsiones adolescentes a las series de televisión recién estrenadas) para desembocar en la literatura. Sin lugar a dudas ésta última es la opción que nos interesa y es ella, como hemos visto, la que consideramos que debe guiar la selección de las obras propuestas para el posterior coloquio.

En cuanto a las condiciones que reclama el conversar sobre libros también en las aulas, tanto Aidan Chambers como Michèle Petit las han formulado de manera contundente: de un lado, es imprescindible que los docentes conozcamos bien los libros para saber “qué hacer con ellos”, para conducir y orientar el coloquio, para subrayar las aportaciones que puedan ayudarnos a ir más lejos y reformular, llegado el caso, aquellas que parecen apartarse de nuestro (inmenso) campo de trabajo. Por otra, crear un clima en el grupo que permita tener la confianza de que todo va ser “honorablemente comunicable”, tener la seguridad de que nuestras palabras no van a volverse en contra nuestra y provocar el rechazo bien del adulto, bien de los iguales.

Todo ello exige otra manera de estar en el aula; una manera en que, sin hacer dejación de nuestra responsabilidad como guías, evitemos aparecer como los “guardianes de la palabra escrita” y demos ocasión de que todas las voces sean escuchadas. Que esto sea posible, justo es decirlo, requiere una serie de aprendizajes en los que por más que los nuevos currículos no dejen de insistir, aún encuentran poca acogida en las aulas de secundaria. Nos referimos al trabajo en equipo y a las destrezas orales: aprender a respetar los turnos de palabra, intervenir con asertividad –aun desde la duda- y saber escuchar activamente, ser capaces de parafrasear interpretaciones ajenas antes de ofrecer la propia, acertar a discrepar sin herir, etc. Todo ello, bien es verdad, necesita un rodaje previo y una intervención específica. El docente tiene ante sí unos nuevos retos a los que ha de hacer frente con humildad y decisión, velando para que todos y todas encuentren el momento en que su voz sea escuchada y procurando, aunque no siempre sea fácil, animar sin violentar, estimular la participación, respetar los silencios.

Con respecto a las preguntas que pueden favorecer el hablar sobre libros y aquellas que lo coartan inevitablemente, no podemos hacer sino remitir al magnífico libro de Aidan Chambers tantas veces recomendado: Dime. Los niños, la lectura y la conversación. Aunque en su planteamiento esté dirigido sobre todo a maestras y maestros de la educación primaria, los docentes de secundaria encontrarán no pocas sugerencias –aunque también algunas distancias- para estimular la conversación sobre libros en las clases de literatura.

El doble plano del aula: entre la horizontalidad y la jerarquía
(...)
Es un momento único para el diálogo entre chicos y chicas acerca de multitud de cuestiones; entre ellas, el diálogo acerca de libros.

Al hecho placentero de compartir la lectura de un libro, que en muchos casos el lector entiende como el final necesario de un ciclo, se añade el cultivo de prácticas que benefician su formación de lectores. Muchos antes que nosotros leyeron los mismos libros, y en algunos casos nos han dejado testimonios valiosísimos que ensancharán nuestra propia lectura. Pero estas voces autorizadas no pueden nunca suplantar nuestra propia voz. Por eso, para poder entrar en diálogo consciente con la historia de las interpretaciones, es bueno adiestrar previamente a nuestro alumnado en el ejercicio del diálogo con los iguales. Un ejercicio que los sitúa en la experiencia de constatar una riqueza interpretativa que legitima sus propias opiniones, al tiempo que repara en la validez de las ajenas, sin que esto suponga, por supuesto, violentar los límites de la propia semántica del texto..

El plano jerárquico desde el que el docente pivota la conversación asegura que el diálogo crezca en profundidad, se resuelva en la aclaración de sus dudas o aproveche líneas sustanciales de desarrollo, tanto las previstas como las atisbadas en el propio transcurrir del coloquio. Esta jerarquía impide que la apariencia informal de la metodología sacrifique cualquiera de sus aprendizajes fundamentales.

Con respecto a lo formal, el diálogo sobre libros concibe los aprendizajes de los contenidos como una práctica contextualizada que nos ayuda a explicarnos y entendernos cuando de conversar de libros se trata.
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A vueltas con la evaluación
Dos palabras finales para referirnos a la evaluación. Digámoslo sin ambages: los viejos procedimientos de evaluación no valen –o son, en el mejor de los casos, insuficientes- para evaluar las nuevas competencias que pretendemos desarrollar. Si el sentido de los textos no está en los libros sino que se construye durante el acto de la lectura, las cuestiones relativas a la interpretación de las obras no podrán ser nunca preguntas de respuesta cerrada. Si la interpretación es siempre fruto de un proceso de diálogo, tanto más rico cuantas más –y más cualificadas- son las voces convocadas, entonces el procedimiento más adecuado para valorar la solidez de una interpretación es la conversación.

Sabemos bien que cuanto más sencillas son las tareas requeridas más fácil es preparar una prueba de evaluación “objetiva”. Pero cuando de analizar, criticar, comparar, recrear, se trata, lo más justo, lo más equitativo también, es abrir márgenes a la intersubjetividad en lo que debieran ser nuevas formas de evaluación compartida. Ni las rutinas pedagógicas ni el reconocimiento social nos lo ponen fácil, pero quizá ha llegado el momento de arriesgarnos a ello.

Para terminar: una defensa a contracorriente
Pese a la célebre frase de Daniel Pennac, el verbo leer soporta perfectamente el imperativo. De hecho, ahogados como estamos por la industria del entretenimiento -ni en los andenes, ni en las consultas, ni en algunos ascensores siquiera se puede escapar ya al eterno parpadear de las pantallas-, alguien tiene que crear espacios donde el silencio y la lectura sean posibles. Hay dos formas de impedir pensar a un ser humano, ha escrito Santiago Alba: una, obligarle a trabajar sin descanso; la otra, obligarle a divertirse sin interrupción. La escuela debe preservar a niñas y niños de la incorporación prematura el mundo laboral; pero debe preservarles, ahora también, de un afuera que no deja un minuto al ser humano a solas consigo mismo.

“¿Qué vamos a leer este año?” Esta pregunta, tantas veces escuchada, condensa la legitimidad que aún se confiere a la escuela a la hora de conjugar en imperativo el verbo leer. Y es éste un capital que no podemos dilapidar. Por eso, lo que debemos combatir no es la fuerza prescriptora de la escuela, sino el uso que en ocasiones hacemos de ella. Porque del contenido de nuestras prescripciones dependerá que este espacio sea vivido como una dependencia más del trabajo sin descanso o de la diversión permanente, o bien ofrezca los mimbres para crear “una habitación propia” donde uno pueda pensarse y construirse antes de entrar en libre y fecundo diálogo con los demás.

Como sostiene Guido Armellini, “en realidad el verbo leer soporta tranquilamente el imperativo. El verbo que no puede ser transformado impunemente en una orden es uno bien diferente: el verbo disfrutar”. Y aunque el placer de la lectura no se puede enseñar, sí puede aprenderse. El placer surge cuando menos se lo espera. A veces incluso retroactivamente. Se trata de crear las condiciones para que el placer de la lectura pueda aparecer, si quiere, y para que no sea sofocado, si ya existe.1

1 ARMELLINI, G. (2002): “Il piacere di leggere non si può insegnare, ma si può imparare”, en Insegnare, nº 2.
Disponible en http://www.griseldaonline.it/adi/armellini_piacere.htm

*Guadalupe Jover, profesora de lengua castellana y literatura en el IES Galapagar (Madrid)
**Rosa Linares, profesora de lengua castellana y literatura en el IES La Estrella (Madrid)
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lunes, 22 de febrero de 2010

LECTURAS COMPRENSIVAS - CEP ICOD DE LOS VINOS

TRABAJAR LA LECTURA COMPRENSIVA

http://www.gobiernodecanarias.org/educacion/9/Usr/eltanque/lengua/lengua.html

viernes, 12 de febrero de 2010

APLICACIÓN DE ENTRENAMIENTO DE LA VELOCIDAD LECTORA

La “Aplicación para desarrollar y mejorar la velocidad lectora”, es un programa de la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura al que puedes acceder desdes el pizarrín.

Es muy fácil de usar y nada más entrar tenemos el manual y la guía de utilización. Con este programa se puede perfeccionar la capacidad lectora de cualquier persona, multiplicando por 2, 3 ó 4 la velocidad habitual; sin menoscabo alguno de su capacidad de de comprensión y asimilación debido a que los lectores más rápidos son los que mejor captan el sentido de lo leído, ya que puede hacerse con las relaciones internas del texto y con las particularidades de su estructura en un período de tiempo más breve.

En el manual se explican las ídeas básicas sobre la lectura y el método:

1.Todos tenemos la posibilidad de leer bien y rápido.
2.Las palabras son imágenes.
3.24 sonidos para 28 signos.
4.Estamos ante un programa de entrenamiento.
5.Cómo construye nuestro cerebro el significado de lo leído.
6.¿A quiénes va dirigido?.
7.Contenido del programa.
8.Fichas para el control y seguimiento del Programa.
9.Determinación del punto de partida.

(PINCHA AQUÍ PARA DESARROLLAR LOS PUNTOS ANTERIORES)

Bien para que cada alumno la ejecute en su ordenador, bien para realizarla colectivamente con la pizarra digital.
IMPORTANTE: Leerse el manual antes de ejecutarla

PARA ACCEDER A ELLA PINCHA AQUÍ.